Reseña: Héroes del Olimpo #2: El Hijo de Neptuno

Esta reseña puede contener spoilers de "El Héroe Perdido" y Dioses de Olimpo

Comenzaré diciendo que desde que leí la primer palabra del libro ya estaba gritando como una loca sin remedio. 

Pues sí, el primer capítulo es narrado siguiendo los pasos de nuestro querido Percy (¿ya les dije que es mi semidiós favorito? ¿No? bueno, intúyanlo xD) y debo decirles que mi corazón se partió en miles de cachitos al ver por lo que tuvo que pasar. 

Como ya sabemos, para poder ser dignos de entrar en el Campamentos Júpiter, primero hay que llegar con la loba Lupa y que esta te entrene para que luego te mande por un camino lleno de monstruos y si los logras vencer puedes entrar al campamento. 

Pues así lo hizo Percy, pero se topó con la mala suerte que los monstruos que lo perseguían no se morían, después de idas y venidas, ropa sucia y noches sin dormir pudo llegar al campamento. Tuvo un recibimiento muy peculiar, charlas y miradas extrañas para que al final del día apareciera un dios que nos cae un poco mal a todos y lo mande a rescatar a Tánatos para que los monstruos se queden muertos un par de siglos.

Y claro, en esta aventura se sumaron bastantes personajes nuevos (casi todos debo decir) pero tuvo mejor manejo para mí que el libro anterior. 

Este libro fue mejor que Héroe Perdido no solo porqué está Percy xD, sino porque la manera en que me presentó a los nuevos personajes fue más llevadera, más divertida, hubo risas y situaciones muy complicadas y tristes pero que me hicieron encarnar en ellos. 

A ver, no digo que el libro pasado hubiera estado mal, pero sí que los personajes no me entraron muy bien en las neuronas. Ahora que conozco a los siete de la profecía, puedo asegurar que el libro anterior me falló en cuanto a personajes, sobre todo Piper (Jason también un poco, pero lo perdono por lo desmemoriado que estaba. Espero que en el libro siguiente esté mejor).

Aquí hay muchos personajes y muchos nombres nuevos, pero Rick se centró más en cuatro, de los cuales dos son los que completan los siete de la Gran Profecía.

La primera que se une al grupo de los siente es Hazel: una chica muy peculiar y llena de misterios, que la verdad tiene un pasado tan complejo y lleno de oscuridad (literalmente) que me encantó, sobre todo que no se dejó amedrentar por las dificultades, ni que tuviera al hijo de Neptuno, uno de los dioses más temidos por los romanos a su lado, es más, se hicieron tan amigos que ella daría lo que fuera por él (solo a-mi-gos) y lo que más me gustó fue eso, que solo se hicieran amigos con Percy.

En Dioses del Olimpo, cualquier fulana que mirara a Percy quedaba prendida de él (y tienen porque xD) pero aquí se creo una amistad increíble, para mí Hazel es mejor que Piper en todo sentido.

Frank es el que nos faltaba, tiene el físico de un gigante oso de peluche que lo abrazas para no temer en la oscuridad, aunque el oso le tenga más miedo que tu. Al principio se ve inútil, por un momento pensé que iba a ser la contraparte de Piper. Pero, si algo tiene Percy es que le influye confianza a las personas, y a Frank eso era lo que le faltaba. Él era un semidiós que no sabía quién era su padre; segundo, no tenía nada de especial, ni poderes, ni atracciones, lo único para lo que era bueno era con el arco y las flechas, tenía sospecha de quién podría ser su padre, pero al final nos dieron una gran sorpresa.

Algo que tiene este libro, que lo hace muy superior al primero es que hay igualdad por parte de los protagonistas. Comienza parecido al libro anterior, tienen que irse de viaje para completar una misión, al igual que Leo y Piper, Hazel y Frank tuvieron sus dudas sobre si eran dignos de ir. Después de que Percy hiciera una increíble demostración de su control con el agua, era lógico que tuvieran sus dudas, pero como ya dije antes, Percy alienta a las personas a que se superen, tengan confianza en sí mismos y sobre todo que el querido Sesos de Alga es un pan de dios que es imposible no llevarte bien con el (o querer casarte con él). A diferencia de Leo y Piper, que apesar de que terminaron la misión con éxito y se hicieron cada uno líder de su cabaña en el campamento Mestizo, aún tienen sus dudas y complejos y siguen comparándose con Jason por el simple hecho de ser hijo de Júpiter/Zeus,

Ahora que ya conozco a los siente semidioses ya tengo mis favoritos y puedo decir que Piper es la más inutil -___- y me falta conocer mejor a Jason.

También hay otros dos, que, aunque no son parte de los siente, supongo que tendrán papeles importantes en el resto de la saga.

Reyna es una de ellos: Este personaje se me figura a mí como una Ayuda a los Protagonistas. Fue el interés amoroso de Jason mientras este fue pretor del campamento y ahora intentó ligar con Percy, pero aun así demostró ser una mujer valiente, fuerte, de carácter indomable, que a pesar de tener sus debilidades (como todo ser humano) es capaz de seguir adelante y aunque le cuesta seguir los instintos de su corazón, es buena persona. Espero que Rick la desarrolle más en el paso de los libros.

Y para terminar Octavio, de él no necesitan saber nada más que es un dolor de huevos y lo odio, fin. 

En cuanto a la trama no me puedo extender más ya que todo sería un tremendo spoiler, lo que sí les puedo adelantar es que el tío Rick lo hace de nuevo, es decir, sus viajes son impresionantes, sin contar la tensión dramática que siempre hay. Hay puntos de giro a cada instante que te es imposible dejar el libro, todo cambia, todo evoluciona y sobre todo los personajes maduran un montón.

Lo bueno de Riordan es que tiene la costumbre de que cuando comienza un libro, ese libro tiene sus problemas que se quedan en ese libro, sí, muy aparte es el desarrollo de la profecía que va creciendo con forme pasan los libros, pero Rick no deja cabos sueltos, solo esas hebras para que se unan a su siguiente creación.

Estoy ansiosa por ver el reencuentro Percabeth, sin contar que diablos pasará ya que el final de este libro se quedó justamente a escasos momentos de el encentro romanos/griegos. Los eternos rivales.

En serio chicos, estos libros son geniales. Léanlos.